POKER - 1º Capítulo

Era una noche más oscura de lo normal, el día había sido neblinoso, y aun quedaban jirones de niebla repartidos por la calle.

Iba caminando por los suburbios de la ciudad, una zona deprimente. Las calles estaban repletas de basura desperdigada por cualquier lado a donde mirara.

El frio hacia que mi humor no mejorara en absoluto. Bastante tenía con la sordidez del asunto que venía a tratar. Me aferre con más fuerza a mi abrigo, pero aún así, el vaho que desprendía por la nariz y la boca me daba el aspecto de una locomotora desvencijada.

La ciudad parecía abandonada, no había ni un alma por la calle, ni si quiera un triste gato que saliera de los contenedores de basura. Giré a la derecha, justo en la esquina de un club de mala muerte, que solo frecuentarían los harapientos y los sin techo, en busca de algo de calor y compañía humana.... aunque dudo que duraran mucho tiempo en aquel lugar, seguro que el chulo les echaba rápido.

Estaba en un oscuro callejón, las farolas estaban rotas, solo me llegaba la luz de la luna, mitigada por la niebla aún persistente. De pronto escuché un golpe sordo y acompasado, seguido de una extraña sensación. Un cosquilleo en la nuca, me daba a entender que estaba siendo perseguido. Mi pulso empezaba a acelerarse, sin darme cuenta de ello, empecé a andar cada vez más deprisa, sin mirar atrás.

El sonido sordo empezó a acelerarse a la par que mi corazón.

Pronto estaba corriendo, sofocado por el esfuerzo. Noté un pinchazo en el abdomen, no podía soportar más ese ritmo endiablado. Por suerte llegué al lugar acordado y entre rápidamente en el hall de aquel motel mugriento.

Aún con la voz entrecortada y respirando lo más rápido que podía, pedí la llave de la habitación reservada. Y me encaminé hacia ella con el corazón en un puño, con el recuerdo de esa sensación de peligro.

Abrí de un portazo y eché el abrigo encima de la desvencijada silla que había en la entrada. Y sí, era ella, ahí estaba, recostada en la cama, con sus picaros ojos recorriendo todo mi cuerpo, hasta detenerse en mi agarrotada y sudada cara.

Me miró sorprendida, no entendía nada.... había llegado antes de tiempo, raro en mí, pero claro, la carrera no podía tener solo consecuencias negativas.

By 7NA