domingo, 25 de mayo de 2008

7!!! :-D La otra mitad - Uzzhuaïa




Nunca busqué y te encontré al final.
Algo de ti esta en mi.

Ser la otra mitad
y ver la vida pasar.

Si la luz muere hoy,
estaré para ti.

Nunca pensé
poder estar asi.
Sentir la paz
dentro de mi.

Ser la otra mitad
y ver la vida pasar.

Si la luz muere hoy,
estaré para ti.
Cuando el sol baje hoy,
estaré para ti.

Oír tu voz,
besar tu corazón,
tus ojos son
mi dirección.

Ser la otra mitad
y ver la vida pasar.

Si la luz muere hoy,
Estaré para ti.
Cuando el sol baje hoy,
estaré para ti.


miércoles, 14 de mayo de 2008

Noches Perfectas.

Contemplo a una diosa.
Me dice que me desea.

Y parece que lo dice en serio.

No pienso perder ni un segundo más
preguntándome como he podido tener tanta suerte.


Huele como deben oler los angeles.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
entonces cae sobre mi...

Bañada en ese sudor suyo de angel...

La mujer perfecta.
La diosa.



"fragmento de Sin city"

lunes, 24 de diciembre de 2007

Feliz Navidad!


Feliz Navidad!

Feliz Mezquindad y prospero año nuevo a todos, ya sabeis, lo típico, o no tan típico.... Me gusta esta foto, me hace gracia.... Asi que pienso que es la mejor para poner en esta postal.... Y para contrarrestar lo poco que le gusta la foto a cierta persona, pongo la siguiente canción, preciosa y muy al caso, por supuesto, y dedicada a ella: "El Espíritu de la Navidad" de "Los Planetas"


En los dólmenes más grandes
que existen y que están cerca de aquí,
hay presencias misteriosas,
habitantes de otro tiempo, 
que esperan para dirigirse a ti, 
revelarte los secretos.
 
Por la noche hay una fiesta 
privada en el jardín,
han venido los monjes Shaolin
con la pócima sagrada 
que te hace sonreír.
Si te vienes es donde quiero ir.
 
En las copas y en las mesas
refrescos bendecidos por Alá
y manjares deliciosos.
Los espíritus del bosque
que van a descubrirte la verdad,
lo que estabas esperando.
 
Además de todo esto,
te puedes encontrar
a valkirias que van a disfrutar, 
en los brazos del primero
que se atreva a cruzar 
los umbrales de esta nueva realidad.
 
A la hora de la siesta,
un coro de sirenas cantará
con sitares y trompetas
las canciones más bonitas
que nadie haya podido escuchar 
en los últimos milenios.
 
Y después cuando anochezca, 
si esperas al final, 
voy a darte un beso de verdad,
donde acaba el arco iris
y empieza lo demás.
Si te vienes es donde quiero estar.
 
Donde empieza el infinito y acaba la espiral,
si te vienes es donde quiero estar.

viernes, 23 de noviembre de 2007

POKER - 3º Capítulo


Aún no había amanecido, en la habitación solo se llegaban a adivinar los contornos de los muebles y el bulto cuidadosamente arropado que había en la cama. No había pegado ojo en toda la noche y tenía el cuerpo entumecido por la mala posición que había adoptado en la butaca durante toda la noche, casi sin moverme. Necesitaba despejarme un poco. Después de asearme y adecentarme un poco, decidí, antes de que ella despertara, bajarme a inspeccionar el motel y sus alrededores, para asegurarme de que podríamos salir de allí de forma segura.

Escribí una nota diciendo que estaba dando una vuelta y vigilando los alrededores, y que la esperaba a las 9.30 en el café que hay en la calle de al lado. Y la dejé encima de la mesilla de noche, cuidadosamente colocada para que lo viera nada más despertarse.

Después de asegurarme de que en el motel no podría haber entrado nadie por la noche y de que aún no se podía acceder a él, me di un paseo alrededor de la manzana, viendo a la luz de la mañana que la miseria que percibí la noche anterior no era efecto de la oscuridad y el desánimo.

Antes de las 9 me senté en un banco con buenas vistas del motel y un poco protegido de las miradas de los curiosos, esperando a que saliera “mi amada” en dirección del café.

Ella siempre puntual. Eran las 9.25 y ya estaba saliendo del motel con sus escasas posesiones, supongo que unas pocas mudas por si acaso. Rápidamente me puse a cierta distancia para seguirla sin que ella lo supiera. Observé como llegaba al café y se sentaba en una mesa para dos apartada y escondida. Mientras me acercaba a la mesa, ella ya había pedido al camarero.

Al sentarme me quede un rato mirándola ensimismado. Estaba preciosa con su melena recogida, con apenas maquillaje, y esa reluciente sonrisa iluminándome la mañana.

-Estás muy raro últimamente Tom. No sé si es solo del cansancio o si estas pasando por una mala racha- me dijo.

Antes de que pudiera contestar, el camarero ya traía el desayuno. Dos Cappuccino y dos tostadas con mermelada. Me sonreí para mí, como me conocía de bien.

-Definitivamente estas rarísimo- apostilló.

Conseguí cambiar de tema, no me apetecía nada seguir hablando de mi comportamiento. Charlamos animadamente de cómo nos había ido últimamente y de las sospechas que teníamos respecto al anillo, claro que no teníamos ni idea y cada cuál fue más disparatada que la anterior.

Cuando terminamos de desayunar fuimos hacia mi coche, tenía pensado, en principio, salir de la ciudad para protegerla. Iríamos a una casa campestre que tenía mi tía en un pueblo cercano a la ciudad.

En poco tiempo llegamos a mi coche, un maravilloso Mustang del 67, era de coleccionista, pero lo usaba a diario, era un seguro de vida, supongo.

Nos pusimos en marcha al mediodía. Estaba siendo una mañana muy apacible, y el viaje en coche deparaba la misma suerte. Ya nos dirigíamos hacia la carretera comarcal que llevaba al pueblo cuando vi que dos coches negros venían zumbando hacia nosotros, hasta que el primero de ellos dio un envite a mi coche.

Mientras intentaba escapar del acoso de los coches, tranquilizaba a mi acompañante diciéndola que mi coche era muy robusto y que no pasaría nada, rezando por dentro a todos los dioses que se me pasaban por la cabeza.

El paisaje se fundía con la carretera, mis reflejos estaban al límite, la adrenalina recorría todo mi cuerpo y me sentía exultante, el motor del Mustang rugía como un león enjaulado y los dos coches que nos perseguían parecían dos perros feroces siguiendo a su presa.

Estábamos ya a mitad de camino, nuestra meta parecía cercana, pero un solo paso en falso y nuestro fin estaría esperándonos con los brazos abiertos.

Mientras recorría el tramo más sinuoso del trayecto, notaba como las ruedas patinaban de un lado para otro, y no podía ir más despacio, porque seriamos pasto de nuestros perseguidores. Y llego el momento fatídico, tras un frenazo en una curva, el coche se ladeó y empezamos a dar vueltas de campana, hasta que nos chocamos con un poste de la luz, y paradójicamente, se hizo la oscuridad.

En lo que me pareció un esfuerzo de mil años, conseguí alargar la mano para tocar al ángel caído que tenia a mi lado, pero no pude llegar hasta ella, abrí los ojos y solo encontré un naipe en su lugar, la reina de picas. Tras la conmoción la oscuridad volvió a cernirse sobre mí.

lunes, 19 de noviembre de 2007

POKER - 2º Capítulo


-Oh, Tom, tengo miedo- me dijo ella mientras se levantaba de la cama y caminaba hacia mí. Deteniéndose a un solo palmo de mi cuerpo, y seguidamente derrumbándose en mis brazos. Un abrazo que pareció eterno, lleno de matices. Lo echaba de menos, mucho de menos.

Pero había cosas más importantes.

-Ahora no, no es el momento, no puede ser así- la dije, mientras la separaba de mi lado, sintiendo como se llevaba un pedazo de mi alma consigo.

Esa misma tarde se había encontrado su casa destrozada. No habían robado nada de valor, excepto un anillo de rubíes, heredado de su abuela. No sabía porque ese anillo tenía tanto valor para los ladrones. Estaba asustada. Ella llevaba en su dedo corazón la segunda parte que completaba el anillo, y seguro que también querían esa mitad.

En cuanto vio aquello me llamó, sabía que era la persona adecuada.

Me conocía desde hace tiempo, somos buenos amigos, se podría decir que siempre cabía la posibilidad de ser algo más. Pero mi trabajo, detective privado, no me permitía este tipo de lujos de la vida cotidiana.

-Creo que me han seguido, pero es bastante probable que hayan perdido mi pista. Dormiremos esta noche aquí, pero mañana temprano tendremos que buscar otro sitio en el que refugiarnos. Descansa, te hace falta, y no te preocupes, yo estaré vigilando-

Mientras ella se metía en la cama y conciliaba el sueño, yo me acomodaba en una vieja butaca, observando en silencio, la acompasada respiración de su delicado cuerpo. Su hermosa cara adquiriendo el dulce gesto de cansancio complacido.

El resto de la noche la pasé barajando unos naipes que, como buen jugador, siempre llevaba conmigo.

Mientras pasaban las horas seguía ensimismado en aquella maravillosa persona, hasta que se me calló una carta al suelo, de tanto barajar. Era el as de corazones. En ese momento asumí lo inevitable, estaba enamorado de aquella mujer.

Recogí la carta y la guardé en el bolsillo trasero de sus vaqueros. Ella siempre poseerá mi corazón.

By 7NA